Comentario
No nos parece inoportuno insistir, una vez más, en las variantes regionales que presentó la crisis del siglo XIV. Mas ello no es óbice, ni mucho menos, para señalar la existencia de una serie de rasgos generales, que consideramos expresión viva de la crisis y que estuvieron presentes, de una o de otra forma, en todo el ámbito europeo. Tales rasgos, por lo demás, se inscriben tanto en el terreno demográfico como en el económico y en el social. El incremento de los despoblados, la disminución del espacio dedicado al cultivo, el estancamiento de los precios de los cereales, la caída de las rentas señoriales o la inseguridad creciente del campesinado son quizá las manifestaciones más llamativas, a la par que mas comunes, de la crisis que nos ocupa.